sábado, septiembre 16, 2006

Juana Martinez Lopez-Prisuelos



JUANA MARTÍNEZ LÓPEZ-PRISUELOS nació en La Mancha, aunque residió siempre entre Madrid y Sevilla. Ha publicado un poemario: “Carros de Fuego”, y escrito otros varios libros de poesía. Ha cursado estudios de Música y es licenciada en Literatura Hispánica. Para ella la poesía es una entrada al mundo por medio de la sensibilidad, la belleza y la luz del alma en su estado incontaminado; porque el Arte, según sus palabras, es la puerta que abre los goznes de la verdad infinita a través de la memoria colectiva , y todo artista es esa puerta, que se abre cuando el intelecto saca del espejo del alma el contenido de luz del alma en ese estado primigenio que nos concede la creación al salir el sol tras la noche de nuevo, tapando la oscuridad sin estrellas del mundo sin Arte. Pertenece al GRUPO LITERARIO SAN FERNANDO desde su fundación.



EL INFINITO


Nadie te conoce infinito, pero todos hablan de ti.

¿Eres acaso interminable agua dentro de tu luz

al pasar por el aro que encadena en tu simiente

las hojas de un mundo que amanece

en cada latido que otorgas?

¿O eres sólo una mentira, inventada desde que el mundo

se halla en ramas comunes bajando a ver

que es esta tierra?

¿Puedes falsificar las firmas como lo hacemos

nosotros y edificar aquello que no existe,

salvo en la mente que une en un plano

la idea a la llama? ¿O qué haces cuando nos creas, en ese

instante por donde entras? ¿Qué haces con tu cortejo

de astros en los cielos, acaso te acompañan en el sueño

inmortal que nos haces pensar en mitos

en cada latitud?

¿Y el lenguaje, haces filigranas

en esos hilos que en luces atraviesas en llamas,

y unes puntos infinitos en un mapa

para vernos en el círculo de oro

al ser en cada plano tu voz la cascada del oro

que amanece en nuestras visiones

cuando nos inventamos tu luz? ¿O acaso tienes frío

y deseas crearnos a todos juntos en una sola rama

del mismo aire que respiramos en hojas del

mundo físicamente

en la onda, o que nos hace caminar?

Y si me respondiera me dejaría inventarme

su espacio, por amabilidad;

porque Nadie es mas que nadie en la llama

de su luz

en todos;

en cada latitud surca en las aves del cielo,

en sus picos la cumbre

de su morada, dándonos en los infinitos las entradas

por donde las hadas

del bosque lácteo nos dejan ser

un tiempo su voz

en alas, y en ellas el infinito en la llama.