lunes, febrero 12, 2007

Carmen Pastor Rodriguez



TRAS EL LEVE CRISTAL

El encanto de la luz

nos sonrió tras el leve cristal

matizada suavemente

como por manos de hadas.

Solos aquella tarde

con limpio amor me mirabas;

yo sentía tu dulce caricia

como sensual brisa,

y profundamente te amaba.

Sin miedo alguno

deseaba abrazarte ¡Amor!

y enredarme en ese milagro de luz

emoción permanente,

escalando los peldaños de guirnaldas,

mensajes de dulzuras

que me ofrecían tus brazos,

tan tiernos, tan cercanos,

hacia el horizonte de tus labios.

Mas el sueño maravilloso

y absoluto

principio de la vida,

avivó la pasión.

Y en el descubrimiento

de la verdad mutua

temblorosas nuestras manos

y heridas en su misteriosa hermosura,

apresaron el aleteo

de su adiós de despedida.



Carmen Pastor Rodriguez